SEGUROS PARA TODOS: ¿OTRA VEZ?
QUE DICEN EN LA AMIS que para ir a tono con las nuevas políticas sociales hay que innovar de manera que el seguro les llegue a todos; no gratis, por supuesto, pues el sector no es papi Gobierno, sino mediante esquemas de aseguramiento sencillos y accesibles. Sencillos en su entendimiento y alcance; y accesibles en precio.
GRAN COSA. LO PRIMERO QUE llama la atención es el hecho de confirmar que el miedo no anda en burro; hay que pegarse al discurso oficial como si fuera propio; y, sobre todo, en el momento oportuno, que sin duda es el actual. Ese discurso como tal no es nuevo, pero hoy casi es una paráfrasis de las frases con que se gobierna.
LO SEGUNDO ES EL APROVECHAMIENTO de las circunstancias, también en el momento oportuno. Me explico: cada vez que hay cierto tipo de discursos “sociales” por parte del Gobierno, el sector busca la manera de acomodarse para encontrar algo así como una promoción y publicidad gratuita a partir de esas peroratas, difusión colgada sólo de las arengas oficiales; y con ello se pretende colocar pólizas de tal o cual ramo. Casi nunca ha resultado, pero se intenta (de manera legítima).
ENTONCES VIENE LA PROPUESTA, un tanto general pero muy dirigida. Veamos: seguros sencillos y accesibles, según se describió arriba, los tenemos por ahora en dos posibilidades: seguros estandarizados y microseguros. Pero dice la AMIS que hay que innovar.
LOS MICROSEGUROS FUERON UN intento muy bueno de hacer llegar el seguro a la gran franja socioeconómica D, y aun a la más vulnerable que ésta si era posible. Los principales fueron del ramo Vida. Difícilmente se podía ofrecer el de Auto; aunque se intentó vender hasta en gasolinerías y supermercados el de RC Obligatorio por el uso de automóviles. En cuanto a Gastos Médicos Mayores, pues imposible: el esquema de microseguro no comulga con esos riesgos, cuya cobertura es sumamente cara (gracias a los insaciables médicos y hospitales).
SE INTENTÓ TAMBIÉN vender seguros de Incendio y Catastróficos a toda clase de poblaciones mediante coberturas básicas, ciertamente algo limitadas para favorecer el precio pero que bien podrían complementar, sobre todo en caso de fenómenos naturales, los fondos emanados de lo que fue el Fonden.
LOS SEGUROS SEÑALADOS HACE DOS párrafos no pudieron crecer en cuanto a ocupación del mercado por varias razones. Una de ellas fue que al agente de seguros profesional, el que cuenta con cédula, pues, no le interesa un bledo hacer una labor de ventas por los 12 o 15 pesos que dejaba de comisión cada garbancito de ésos; y entonces las aseguradoras no encontraron la manera de distribuir a sus mercados meta las pólizas respectivas. Trataron mediante corredores de seguros, cerradores de venta masiva, montarse en canales como supermercados, puestos de billetes de lotería, gasolinerías, farmacias y un largo etcétera. ¿Qué sucedió? ¿No supieron? ¿No pudieron?… Vaya usted a saber.
OTRO MOTIVO DEL ESCASO ÉXITO que se tuvo en los microseguros fue la necedad del comisionado en turno, que puso todos los peros posibles a la suscripción, emisión, promoción y distribución de esas pólizas. Todo ello, claro está, en aras del placer de ejercer su poder para fastidiar a otros; y, desde luego —discurso típico de conductas dictatoriales—, para “proteger los intereses de los potenciales asegurados en esos esquemas”.
EN EL CASO DE LOS SEGUROS de Incendio y Catastróficos, requeridos en los casos específicos para casas y edificaciones en general, según sus zonas de riesgo, se intentó mediante la labor de algunos corredores y brokers de seguros (también, por medio de agentes, con compadres, conocidos y recomendados en al menos dos niveles de gobierno), y con la colaboración de los gobiernos municipales, colocar seguros para las casas y tener como conducto de cobro el mismo recibo del impuesto predial. El asunto siempre fracasó por un exceso de voracidad en los involucrados, tanto gobernantes como conductos. En otros casos, por envidias y denuncias insidiosas; y también por el miedo a “parecer corruptos” si se cobraba en el predial un dinero para alguna empresa privada. Los que lo intentaron fueron devorados por legiones de envidiosos, que en nuestro país aparecen sólo muy de vez en cuando.
ASÍ LA CUESTIÓN, VA OTRA VEZ el tema de seguros al alcance de todos y con coberturas sencillas: ¿hay que innovar productos? ¿Hay que innovar canales de distribución? ¿Hay que cambiar el discurso con las autoridades? ¿Hay que revisar los temas respectivos ante la camisa de fuerza, perdón, ante la Circular Única? ¿Hay que revivir los fracasados seguros estandarizados? ¿Hay que dar golpes de autoridad como sector por una vez en la vida?… Pos nomás digan… El único error será regresar, como ya se hizo, al discurso y no hacer nada.