Salvar a Pemex es nuestra prioridad
Se trabaja en un plan para rescatar a Pemex; los tres principales puntos a mejorar son:
1. Extracción y explotación del crudo. Esto es lo más importante, no hay forma de hacer más recursos que vendiendo lo que es la esencia de la compañía; es un valor entendido que cualquier empresa si vende más, gana más, y si gana más, pues es solvente e irremediablemente rentable.
2. Aligerar carga fiscal. Pemex es y ha sido la “caja chica” del gobierno; eso es la causante de su obsolescencia, atraso e ineficiencia. Una empresa que gana dinero debe destinar parte importante de su utilidad a la reinversión en equipo, talento, tecnología e investigación. Ninguna de las anteriores ha sido un destino, sus ganancias simplemente se las “da” al gobierno, y aún es parte importante de la recaudación.
Es cierto que la contribución fiscal de la paraestatal ha bajado, tanto como la extracción y el precio del petróleo, ¡pero no por quitarle carga fiscal! Imaginen una empresa cuyas utilidades, siempre en su totalidad, son repartidas; la consecuencia es que 70 años después tienes una firma obsoleta y sin recursos. También es cierto que hoy el petróleo representa menos de 10% del PIB, hace cinco décadas excedía 50%.
3. Plan a mediano y largo plazos. Es común preguntarse dónde nos vemos en 5 o 10 años; creo que nadie y ninguna administración se ha respondido esta pregunta. Se saca el día a día y se improvisa; y de nuevo, esto no es culpa del nuevo gobierno, así ha sido desde el origen de Pemex. Asimismo, se menciona que podría venir una asignación de recursos de la Federación; sin embargo, es una iniciativa que tendría que aprobarse en el Congreso, y no se han precisado cantidades.
Veo algunas áreas de oportunidad: la plantilla laboral es exagerada, podría reducirse más de la mitad, pero es un problema que es y ha sido intocable. Reducción del huachicol: hasta ahora lo único que se ha hecho es poner a militares en pocos km de ductos, pero hay más de 12 mil 500 km por cubrir; no hay nuevas tecnologías o formas de combate al mismo que no sea con presencia física, es un parche a una gran enfermedad, ya que es imposible cubrir con efectivos esos kilómetros.
Reanudar la reforma energética: licitar en aguas profundas y hacernos de recursos que nos den flujo para sanear la empresa. Lo he dicho, si no hay dinero, conocimiento y experiencia, ¿por qué decir no a la asociación en contratos de riesgo?, uno de ese tipo es aquel que permite compartir el beneficio por un tiempo definido cuando una de las partes pone el dinero y experiencia, y la otra es dueña del pozo; el riesgo es que la cantidad de crudo pudiera no justificar la inversión.
El tipo de cambio sigue abajo, en torno a los $19, me preguntan por qué y la respuesta es que el peso flota y su valor lo da el mercado; podría estar más abajo si hubiera confianza y grandes flujos de inversión, pero no hay. También podría estar más alto, y no lo está por dos razones: hay disciplina fiscal y una tasa de interés alta.
El premio por invertir en pesos es enorme, por eso recibimos flujos positivos de inversión; lo malo es que con altas tasas se frena la economía porque se encarece el costo del dinero, y porque se debe pagar del presupuesto mucho dinero para el servicio de la deuda.