Pemex se transforma
A fondo va la reestructura orgánica de Petróleos Mexicanos que someterá a la aprobación del Consejo de Administración su director general, Octavio Romero Oropeza.
El objetivo es fortalecer la política de austeridad y lograr ahorros sustantivos a través de la eliminación de gastos excesivos y la optimización de los recursos humanos, financieros y materiales.
La propuesta permitirá ahorros por 1.5 millones de pesos diarios. Destaca la eliminación de las direcciones corporativas de Alianzas y de Tecnologías de la Información, las cuales tenían un oneroso peso burocrático, así como la jefatura de la Oficina y la Coordinación de Asesores de la Dirección General.
Resalta la incorporación de las subsidiarias Pemex Perforación y Pemex Etileno a las empresas productivas Pemex Exploración y Producción (PEP) y Pemex Transformación Industrial (TRI), lo que sin duda conviene a todos.
Los comisionados carnales
La Comisión Reguladora de Energía (CRE) quedó bajo asedio de la 4T. El órgano nominalmente autónomo está bajo el riesgo de ser cooptado por simpatía, agradecimiento y compromisos de sus cuatro nuevos comisionados (de siete en total) con Morena; un colegiado parcial al servicio de un gobierno repelente a los contrapesos no conviene a nadie.
Sobre la CRE, vale la pena leer a mi compañero de páginas Mauricio Ibarra. https://www.razon.com.mx/opinion/relevos-en-la-cre/.
Once de los doce candidatos, de entre quienes AMLO nombrará a los cuatro nuevos comisionados, fueron reprobados por el pleno del Senado en primera nominación y en segunda y prácticamente idéntica postulación rechazados otra vez. El titular del Poder Ejecutivo procede a designar, sin más, a sus favoritos.
Un gana-gana presidencial que no ocurría hace mucho. Un ejemplo reciente es cuando a Peña Nieto la misma Cámara rechazó su propuesta a procurador, para su cercano colaborador Raúl Cervantes, a quien la entonces oposición, hoy en el poder, acuso de inminente parcialidad. Nunca de incapaz, ignorante o falto de experiencia.
El Presidente dice que antes, en los tiempos idos de la mafia en el poder y el neoliberalismo, los partidos políticos negociaban asientos y composición de órganos autónomos; cuotas, cuates y, afirma, eso se acabó. Ahora AMLO ejerce su poder, mayoría y facultad para imponer a quienes dice respalda su probidad y preparación.
Sobre la primera cualidad no hay elementos para dudar, de la segunda la incógnita se abre con los videos de sus primera y segunda comparecencias inquietan. La demanda más cara parece ser lealtad a un proyecto político, de visón global sobre energía, sus fuentes, impactos, costos, competencia económica, social y ambiental en contextos nacional y global, parece secundario. Una nueva CRE al servicio de la 4T no conviene a nadie.
El Presidente López Obrador acierta; cuotas y pactos entre partidos conformaron a muchos contrapesos institucionales colegiados, incluso al INE, pero esos arreglos también son un subproducto legítimo de la democracia, equilibrios de poder entre las partes de un todo. El riesgo es acabar con algo imperfecto para imponer algo perverso.