Mariel, laboratorio capitalista en Cuba

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En la Zona Especial de Desarrollo (ZED) Mariel, ubicada 45 kilómetros al oeste de La Habana con un área de 465.4 kilómetros cuadrados, puede decidirse el futuro económico de Cuba, país urgido de inversión extranjera, nuevas tecnologías y formas eficaces de gestión.

Visitarla hoy es enfrentarse al sol abrazador, al polvo, al ir y venir de camiones, a hombres que abren zanjas y colocan grandes tuberías. No hay prácticamente edificios, no hay árboles; solo tras un intenso ejercicio de imaginación puede vislumbrase lo que será, dentro de unos años, esta pretendida joya de la corona de la economía cubana.

Ana Teresa Igarza, directora general de la ZED, es de las que imagina y cree, lo cual evidencia en conversación con El Financiero, en su oficina provisional en La Habana Vieja. Otros, dentro y fuera de la isla, son escépticos.

«La ZED Mariel no es una zona franca. Es un área del territorio nacional que no tiene delimitación aduanera, por tanto todo lo que ahí se haga se considera una actividad económica cubana…»

«…su objetivo fundamental es generar producciones y servicios que den valor agregado, no almacenar mercancías”, explicó.

“Además –señaló- los proyectos deben sustituir importaciones, generar exportaciones y crear fuentes de empleo; no tienen por qué darse las tres condiciones, pero siempre que se dé una de ellas o más de una, para nosotros es una propuesta atractiva”.

El único ejemplo de modernidad que está hoy finalizado en la ZED Mariel es la Terminal de Contenedores, empresa cubana gestionada por PSA International de Singapur, una de las líderes mundiales en este sector.

Totalmente automatizada, no se ve prácticamente a nadie en su patio. Se intuyen los trabajadores que ocupan las cabinas controlando los escáner y los que operan las inmensas grúas chinas ZPM (cada una ha costado 80 millones de dólares y hay cuatro).

Informó la especialista Teresa Trujillo que la capacidad actual de la terminal oscila entre 822 mil y 1 millón de contenedores; puede crecer hasta entre 3 y 4 millones. En la actualidad opera solo para la importación y exportación internas.

PROYECTOS APROBADOS

Hasta ahora hay siete proyectos aprobados: dos mexicanos, dos belgas, dos cubanos y uno español. Solo los inversionistas belgas han pedido el anonimato, el resto ya se conoce: RICHMEAT y DÉVOX de México, la Terminal de Contenedores y la Empresa de Servicios Logísticos del Mariel de Cuba y HOTELSA de España. De los cinco proyectos no cubanos, todos son con capital 100 por ciento extranjero.

Para establecerse en la ZED Mariel no importa el país, ni el monto de la inversión, ni el tamaño de la empresa. Si se van a asociar con capital cubano, tampoco importa el porcentaje en el que lo hagan. “Nos interesa participar aunque sea en un por ciento ínfimo para ir adquiriendo el conocimiento y la preparación”, precisó Igarza.

Luego de recordar que la base industrial cubana se deprimió a partir de los años 90 del pasado siglo tras la caída de la Unión Soviética, la directora general de la ZED expresó que por ello “estamos tratando de que la inversión extranjera venga acompañada de tecnología limpia, de métodos gerenciales, de formas productivas novedosas, que sean capaces de hacer investigaciones aquí y de llevar a escala industrial los proyectos que nosotros hemos desarrollado”.

A su oficina han llegado 350 solicitudes de inversionistas. De ellas, entre 40 y 50 son las más maduras y proceden de México, España, Italia, Vietnam, Holanda, Francia y Canadá.

En la ZED Mariel, a diferencia de lo que ocurre en el resto del país, la oficina de la zona acompaña al inversionista desde el inicio y es la que se ocupa de gestionar las licencias y permisos; por eso los tiempos se acortan en 70 por ciento. Ya con la documentación lista y presentada, la aprobación del proyecto demora entre 30 y 60 días.

APUESTA ESTADOUNIDENSE

A partir del 17 de diciembre, cuando comenzó el deshielo entre Cuba y Estados Unidos, son continuas las visitas a la isla de delegaciones norteamericanas. La mayoría de ellas contactan con la oficina de la ZED o visitan la zona.

“El mayor interés lo han mostrado en el área industrial y en las posibilidades del puerto de Mariel como hub logístico regional”, aseguró la Directora General.

La primera empresa estadounidense en pasar más allá de la exploración es CLEBER, de Alabama, que proyecta el ensamblaje de tractores.

“Esa compañía estudió qué estaba establecido para Mariel y qué apertura estaba realizando su gobierno y vino en enero pasado, presentó la ficha informativa, nosotros la analizamos y realmente es una actividad necesaria y atractiva”, dijo Igarza. Explicó que en estos momentos está preparando la documentación. Por la permanencia del embargo-bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, necesita para su establecimiento la aprobación del Departamento del Tesoro de su país.

«Ellos (EU) están proponiendo en la primera etapa el ensamblaje (trayendo los componentes), pero en una segunda etapa utilizarían piezas que hoy se producen en Cuba».

En enero pasado el presidente Barack Obama anunció una serie de medidas que flexibilizan aspectos del embargo, la mayoría dirigidas hacia los sectores privado y cooperativo en la isla.

“La comercialización en Cuba tiene canales (estatales) de distribución que deben cumplirse”, apuntó Igarza y precisó que, en el caso de CLEBER, “estamos claros que el cliente final va a ser el cooperativista o el pequeño agricultor, que están refrendados en nuestra constitución y se protegen”.

MÉXICO EN LA ZED

A la entrada del sector A de la ZED Mariel, el área ahora en desarrollo, hay dos parcelas delimitadas, listas para la edificación. La primera es donde irá la empresa mexicana RICHMEAT, que iniciará las labores constructivas el próximo mes de agosto. A su lado estará la española HOTELSA. “Como serán las primeras que se verán, les hemos pedido que ejecuten diseños atractivos”, explicó la especialista de la oficina en gestión comercial, Teresa Trujillo.

¿Por qué México en Cuba si está en el Caribe?, fue una pregunta que le hizo a Ana Teresa Igarza un miembro del gobierno de Singapur. “Porque Cuba tiene una calificación de la fuerza laboral privilegiada, porque están mirando las infraestructuras, el puerto como hub logístico, por la seguridad jurídica y sociopolítica de Cuba”, respondió.

Y algo debe ser cierto porque DÉVOX lleva comercializando en la isla sus pinturas desde hace 20 años, mientras que RICHMEAT hace lo mismo con sus productos cárnicos desde hace más de 10.

Aunque al principio tendrán que importar buena parte de la materia prima, está previsto que, una vez en marcha, puedan ir sustituyendo muchas a través de convenios con empresas y cooperativas cubanas.

Además de estos dos proyectos, México tiene presentados otros siete, algunos de ellos bien avanzados. “Pensando conservadoramente, al menos uno debe ser aprobado antes de que termine el año”, reveló Igarza.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/

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