LA INDUSTRIA ASEGURADORA EN MÉXICO, ¿QUÉ ESPERAR EN 2017?

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En nuestra entrega anterior discutíamos el posible impacto de la democión de México en el ranking global del Banco Mundial en materia de competitividad, lo que pudiera eventualmente frenar ligeramente la inversión extranjera en el país.

El resultado de las elecciones en los Estados Unidos es un evento de consecuencias geopolíticas inusitadas. El presidente electo ha sugerido tasar las exportaciones de México al 35%, o abrogar el Tratado de Libre Comercio (TLC), lo que definitivamente desaceleraría la economía nacional. Por otra parte, los Estados Unidos no ha cancelado ningún tratado de comercio exterior en los últimos 150 años. El hacerlo con el TLC supondría la pérdida de seis millones de empleos en ese país; empleos que dependen del intercambio comercial. Para exportar muchos de sus productos, México importa los componentes.

En el sector asegurador se venía observando una tendencia de crecimiento nominal sostenido —que resulta menos impresionante cuando se considera en términos reales, práctica de expresión que su articulista rara vez observa en las estadísticas de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) de dominio público.

El año pasado fue relativamente bueno para los ramos generales, incluyendo automóviles. Las ventas de vehículos se incrementaron y el requisito de la autoridad de que el parque vehicular de la Ciudad de México contara con la cobertura de responsabilidad civil, produjo el incremento en la producción de ese ramo.

Las ventas de seguro de vida se recuperaron de la desaceleración que sufrieron en el 2014, pero perdieron algo de terreno con respecto al seguro de daños. Hoy día casi el 55% de las primas provienen de éste último.

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Se espera todavía crecimiento en el 2017, aunque quizás con menos ímpetus que el observado en los pasados 2-3 años.

En abril pasado, la Convención Anual 2016 de la AMIS Seguros (AMIS) tuvo el marco temático de innovación y tecnología digital, y se apostó por un crecimiento sano de la industria. Los asistentes manifestaron su entusiasmo por las ideas generadas en ese foro. Sin embargo, en temas de operación, éste fue el primer año de adopción de la normativa de solvencia.

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Las nuevas reglas han supuesto obstáculos operativos para algunas aseguradoras. Hay otras que han encontrado problemas de interpretación de la legislación en cuanto a los requerimientos de capital concierne y, consecuentemente, han diferido, y hasta suspendido sus planes de introducir nuevas coberturas en el mercado.

Las ventas de un nuevo producto implican colección de riesgo, pero también tienen impacto en el perfil de riesgo agregado. Los modelos actuariales están orientados a capturar las dependencias entre los riesgos, y cabría esperar beneficios de diversificación que redujeran el capital de riesgo. Sin embargo, algunas compañías no han conseguido medir adecuadamente dicho impacto. Además, la expansión por parte de compañías transnacionales pudiera estar afectada por posibles ambigüedades en la interpretación de los requerimientos del ente regulador. Los capitales extranjeros pudieran así, encontrar refugio en entornos de negocios menos complicados.

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México ocupa el vigésimo puesto en el ranking global de primas de seguros generales y el vigésimo octavo en lo que al ramo de vida concierne. Su industria aseguradora es robusta. Los cambios geopolíticos y macroeconómicos que experimentaremos en los próximos años nos dificultan la tarea de elaboración de pronósticos de crecimiento del sector asegurador. No obstante, apostamos por éste.

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