EN MÉXICO, SER MUJER Y VIVIR BIEN ES DIFÍCIL EN EL PRESENTE, Y SERÁ CASI IMPOSIBLE EN EL FUTURO

14-genero-766

En México, el 71 por ciento de las mujeres no piensa en ahorrar para su retiro, sino para solventar gastos o imprevistos extraordinarios. Asimismo, para el 47 por ciento de la población femenina su ingreso no alcanza para aumentar el patrimonio económico, lo que hace inferir que en nuestro país ser mujer y vivir bien es difícil en el presente, y será casi imposible en el futuro.

Ese diagnóstico fue parte de las deliberaciones que arrojó el seminario denominado Género y Pensiones, llevado a cabo en la primera Convención Nacional de Afores, en el que Amalia García, secretaria de Trabajo y Fomento Económico de Ciudad de México, aseguró que el 52 por ciento de las mujeres en nuestro país no ahorra, aspecto que, a su juicio, se correlaciona con la escolaridad que han podido recibir, la cual es baja y genera que el ingreso sea escaso.

“El ahorro que puede tener una mujer hoy en día solo lo puede utilizar para cuestiones inmediatas. Lo que sucede es que las mujeres en México no piensan en su futuro porque no pueden, ya que las necesidades son tan grandes y los ingresos son tan reducidos que en muchas ocasiones solamente son suficientes para la sobrevivencia”, explicó García.

Desde la perspectiva de la funcionaria capitalina, la situación es dramática y deja por sentado que México vive una transición demográfica compleja. Informó que en el país seis de cada 10 mujeres sienten incertidumbre frente a sus ingresos cuando llegue el momento del retiro. A su vez, consideran que no tendrán suficientes recursos, lo que prevé que el segmento femenino en México enfrentará vulnerabilidad económica durante su vejez.

Amalia García especificó que seis de cada 10 mujeres piensan que el Gobierno Federal o sus hijos las apoyarán cuando llegue el momento del retiro. Destacó que cinco de cada 10 mujeres explicaron que desea resolver sus necesidades actuales antes que ahorrar para el futuro, según datos recolectados por la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (Amafore).

García hizo hincapié sobre la necesidad de aumentar los salarios en México. En este sentido, aseveró que “no solamente las mujeres, sino también los hombres se ven impedidos de ahorrar voluntariamente porque no tienen suficiente. Me parece indispensable que haya mayores condiciones de ahorro que les puedan garantizar una condición de vida digna”.

La secretaria de Trabajo y Fomento Económico de Ciudad de México detalló que el país se enfrenta a retos sustanciales que tienen que ver con la desigualdad de género, pero también con el trabajo en la informalidad, la carencia de seguridad social y el salario bajo.

Mujeres y pobreza

Por su parte, Vanesa Rubio, subsecretaria de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), expuso que en México existen 34.8 millones de mujeres que no cuentan con seguridad social.

Basándose en una medición desarrollada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Rubio subrayó que en México 14.3 millones de mujeres no acceden de manera efectiva a la alimentación. Al mismo tiempo, dijo, 9.8 millones de mexicanas no gozan el derecho a la salud, mientras que 12 millones no tienen acceso a la educación.

Rubio consideró que en México se debe ampliar la oferta de derechos a todos los segmentos de la población. Hizo un llamado a todos los estratos de la sociedad a reflexionar sobre esta problemática, para que de ese modo el mexicano comprenda, entienda y haga valer lo que le corresponde como ciudadano.

“Tanto el Gobierno Federal como los empresarios y académicos tenemos una función muy importante para concientizar a los trabajadores. La masa laboral debe entender qué es la seguridad social, porque hoy en día el mexicano no sabe que puede exigir y ejercer adecuadamente sus derechos fundamentales”, remarcó Vanesa Rubio

La funcionaria federal advirtió que hasta que la economía mexicana permita que un trabajador pueda contar de manera regular con derechos universales, como la salud y la vivienda, el sistema pensionario no se transformará. “Toda la infraestructura que implique dotar de mejores beneficios a los adultos mayores contribuirá a la estrategia de inclusión financiera; sin embargo, lo que se debe perseguir es que los mexicanos puedan ejercer sus derechos sociales más allá de los 65 años”, reflexionó.

El capital humano femenino es bajo

Las recientes investigaciones sobre la inclusión de las mujeres en el mercado laboral en México ofrecen una serie de datos estadísticos que muestran de manera tajante que la esperanza puesta en el desarrollo y la modernización de nuestro país en materia de género aún es incipiente.

En México, solamente el 43 por ciento de las mujeres en edad para trabajar lo están haciendo, así lo confirmó Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, durante su participación en el seminario.

Cruz Sánchez abrió el encuadre y cotejó la realidad del mercado laboral femenino en México con estadísticas de otras fronteras. “Si nos comparamos con países de América Latina, como Colombia y Perú, nos encontramos con que en esas latitudes 50 por ciento de las mujeres trabajan. Si vemos una nación como Islandia, la brecha es mucho más amplia, ya que el 82 por ciento de la población femenina es activa laboralmente.”

La baja participación de las mexicanas en el empleo formal genera que sólo 3.3 por ciento de la población femenina esté pensionada. A juicio de Cruz Sánchez, la baja cifra se debe a que las mujeres históricamente estaban destinadas a las labores domésticas sin estar ocupadas en un empleo formal.

“Si analizamos por sexo, tenemos que el 89 por ciento de las mujeres no tiene acceso a una jubilación, mientras que el 46 por ciento de los hombres en nuestro país está en ésa condición. Es por ello por lo que urge fortalecer las políticas laborales e introducir cambios en el sistema de pensiones para garantizar la igualdad de género en el ámbito de la seguridad social”, demandó.

Los panelistas concluyeron que para que se pueda cambiar la perspectiva de género en el sistema de pensiones se requiere la voluntad y el compromiso de reconocer las necesidades que tienen las mujeres trabajadoras, con lo cual se podrá impulsar un desarrollo que permita que el segmento femenino pueda involucrarse al sistema económico del país.

“Para que las mujeres contribuyan más en la economía de este país se debe trabajar en su empoderamiento, dando las condiciones necesarias para que puedan decidir qué quieren hacer con su vida y de ese modo logren ser autosuficientes económicamente. Si no creamos una infraestructura lo suficientemente poderosa para que las mujeres puedan descargar la doble carga de trabajo, tanto en el hogar como en las oficinas, no vamos a poder crecer como nación”, finalizó Cruz Sánchez.

Share This Post: