La crisis de Pemex aceleró su efecto negativo en la flota de buques del Golfo de México. El número de barcos detenidos por la falta de contratos para atender la industria de hidrocarburos se ha duplicado en esa zona del país.

Mientras que en noviembre del año pasado había 160 navíos varados, para febrero el número había aumentado a 320 de una de una flotilla total de 382 unidades en el país. Eso significa que sólo 62 unidades operan actualmente, de acuerdo con datos de Armando Rodríguez, director general de la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo (Cameintram).

“En México hay una flota de 500 barcos atendiendo la industria, de esos 382 son mexicanos y el monitoreo que hemos hecho actualmente dice que hay apenas 62 barcos (nacionales) trabajando”, detalló Rodríguez.

Estos buques transportan a los trabajadores a las plataformas donde se extrae el crudo, llevan investigadores, equipos de mantenimiento y herramientas que son esenciales para la actividad productora del energético.

Lo que explican los especialistas es que ante la caída abrupta en el precio del petróleo, de 80 dólares el barril desde finales de 2014 a los casi 20 dólares que tocó la mezcla mexicana en enero de 2016, muchos proyectos se detuvieron porque dejaron de ser rentables y por eso la producción del energético también se contrajo.

Pemex redujo desde 2014 hasta enero de 2017 un 16.8 por ciento su producción, al registrar la extracción de 2 millones 20 mil barriles diarios en promedio, según datos de la petrolera. “Ciudad del Carmen está en una parálisis comercial, ahorita se está viendo lo de las Zonas Económicas Especiales, pero siento que son paliativos cuando no hay voluntad por ayudar al mercado”, lamentó Rodríguez.

Aun con la falta de contratos por el entorno, Pemex está dando los pocos que se tienen a empresas con barcos abanderados en México pero de origen extranjero. Esto provocó el cierre de siete empresas, agregó.