CONSTRUYENDO EL FUTURO: FÓRMULA PARA LOGRAR UN RETIRO SIN PREOCUPACIONES
Saber administrar el dinero, ser previsor y usar de forma adecuada y responsable los productos financieros refleja en nuestra vida los efectos de la educación financiera.
Todas las personas tienen relación con el dinero para un sinfín de propósitos, como pagar impuestos o estudios, ahorrar para un auto, etcétera. Todos esos intercambios pecuniarios que cotidianamente se realizan son gastos a corto plazo.
No hace mucho tiempo, el retiro o la jubilación significaba trabajar durante 30 años en una empresa y, al final de esa faceta productiva, vivir cómodamente el resto de nuestros días con algún familiar. Sin embargo, el cambio en el ritmo de nuestra existencia y en la dinámica social, una longevidad mayor y mejores expectativas de vida alentadas por los avances tecnocientíficos han modificado radicalmente la naturaleza del retiro.
Hoy en día, la gente espera tener un periodo de retiro activo en el que pueda disfrutar de la vida y ser económicamente independiente.
Empezar tempranamente el ahorro destinado a esos últimos años de nuestro recorrido vital puede ser la diferencia. Si se asume una tasa de rendimiento de 10 por ciento, ahorrar 2,250 pesos al mes, comenzando a los 40 años, resultará en una acumulación de 3,000,000 de pesos a la edad de 65 años.
Pocas empresas otorgan pensiones adicionales a las que otorga el IMSS, lo que implica que los empleados tienen una responsabilidad mayor frente a la planeación de su retiro.
Una planeación cuidadosa requiere estar preparado para las contingencias que pueden sobrevenir, como una reducción en la pensión del Seguro Social, una reducción en los beneficios de los planes de pensiones de las compañías, periodos de inflación alta y el retiro forzado a una edad menor a la esperada.
Es probable que en un futuro la edad de jubilación se prolongue a 75 años, siempre y cuando, por supuesto, se cuente con trabajo a esa edad.
Para la mayoría de las personas, mantener durante la etapa de retiro el estándar de vida que se tenía antes de la jubilación requiere una cantidad de recursos que va de 60 a 80 por ciento de los ingresos que se obtenían antes de que llegara dicha etapa.
La planeación para el retiro, como una de las principales áreas de cautela que deben formar parte de cualquier metodología de ahorro y precaución financiera, sigue la misma serie de pasos que se emplean en el proceso de la planeación financiera. Los veremos a continuación.
Paso 1. Establecer metas financieras
La planeación para el retiro comienza con las metas y objetivos, así como con las expectativas de retiro
Todos tenemos metas y objetivos distintos, que van desde no tener que volver a trabajar hasta trabajar tiempo completo durante todo el retiro.
Paso 2. Obtener datos relevantes
Este paso consiste en realizar un inventario financiero de los activos que se pueden utilizar para ello y evaluar las estrategias que se tengan disponibles. Por ejemplo, tomar en cuenta todos los recursos disponibles para el retiro y considerar todas las oportunidades, como la aportación voluntaria a una cuenta individual de retiro.
Paso 3. Analizar los datos obtenidos
En este paso hay que enfocarse en la situación actual del cliente, así como en sus metas futuras, para poder evaluar las estrategias apropiadas. Esto incluye el desarrollo de un análisis de necesidades para el retiro y un examen de la tolerancia al riesgo financiero, las estrategias de administración y las exposiciones de riesgo.
Se necesita evaluar y estudiar la exposición del plan actual para el retiro (por ejemplo, impuestos, beneficios del Seguro Social y estrategias vigentes). Las siguientes preguntas constituyen una directriz apropiada para empezar: ¿se tiene la suficiente suma asegurada en su cobertura de indemnización por Incapacidad? ¿La distribución actual de activos está orientada a que se logren las metas y objetivos financieros de retiro? ¿Está ahorrando lo suficiente para su retiro? ¿Cuáles son las estrategias de distribución y de planeación fiscal que están disponibles? ¿Son las adecuadas para su situación?
Paso 4. Desarrollar un plan para lograr las metas
Se debe desarrollar y preparar un plan específico para el retiro de acuerdo con sus objetivos y metas, expectativas y valores, actitudes, temperamento y tolerancia al riesgo. Adicionalmente, y habiendo hecho un análisis exhaustivo de la situación financiera actual, el plan debe incluir la proyección para el retiro con los supuestos actuales. Es importante resumir todas las inversiones. El plan para el retiro también debe incluir una valoración de las opciones de distribución, así como estrategias fiscales.
Finalmente, se debe incluir una lista de acciones en orden de importancia, y se deberán mencionar temas como la vivienda y el cuidado de la salud.
Paso 5. Implementar el plan
Hay que coordinarse con otros profesionistas, como contadores, abogados, asesores en bienes raíces, asesores en inversión, corredores de bolsa y agentes de seguros.
Planes privados de pensiones
Tal vez la manera más valiosa de ahorrar para el retiro sea por medio de un plan con ventajas fiscales otorgado por la empresa en donde estemos empleados. La importancia de un plan de este tipo se basa en el hecho de que, aunque el patrón pueda realizar deducciones fiscales cuando se presentan las aportaciones, éstas se llevan a cabo antes de impuestos.
En otras palabras, el empleado no tiene que pagar impuesto sobre el ingreso de las aportaciones que se han hecho. En vez de esto, el empleado pagará impuestos cuando los fondos del plan se le otorguen años después.
Adicionalmente, las ganancias de la inversión en los planes de retiro en activo también gozan de impuestos diferidos. Esta combinación de aportaciones y ganancias con impuestos diferidos es como recibir un préstamo sin intereses por parte del Gobierno, lo que permite al empleado invertir los fondos para el retiro, fondos que de otra manera se hubieran ido al pagar impuestos.
La última ventaja fiscal que se aplica a este tipo de planes es que sus distribuciones se pueden invertir en cuentas individuales de retiro o en cualquier otro plan con ventajas fiscales, continuando con los impuestos diferidos hasta que los fondos se retiren como ingreso para el retiro.
Cuentas de planes personales de retiro
Uno de los recursos más importantes para obtener ingresos es una cuenta personal para el retiro, independientemente de la que se tiene por medio del Seguro Social.
La Ley de Impuestos sobre la Renta establece dos posibilidades para obtener algún tipo de beneficio fiscal en relación con las cuentas individuales para el retiro.
El primer caso establece que las personas físicas pueden hacer aportaciones para el retiro con beneficios fiscales. Estas aportaciones pueden abonarse en las cuentas de ahorro voluntario de la cuenta individual de la afore o en cualquier canal de inversión que se establezca con el único fin de recibir o administrar recursos destinados a la jubilación. Ese artículo determina que se puede deducir hasta 10 por ciento de los ingresos acumulables con el tope de cinco salarios mínimos generales anuales. Estas aportaciones tienen como único destino la jubilación y, por lo tanto, se deducen de impuestos. Los rendimientos que se obtengan están exentos de impuestos. Por otro lado, si estos recursos se retiran a la edad de jubilación, no pagarán impuestos; pero, si se retiran antes de los 65 años o cuando la persona se incapacite o invalide, entonces serán acumulables.
La segunda posibilidad permite al trabajador efectuar depósitos en las cuentas especiales para el ahorro, realizar pagos de primas de seguros para planes de pensiones o adquirir acciones de sociedades de inversión que sean identificables, ya sea en el año calendarizado calendario o en el siguiente, antes de presentar su declaración anual, hasta por un monto de 152,000 pesos. En este caso, al efectuar estos depósitos, este monto será deducible de impuestos. Pero al momento de retirarlos deberán ser acumulables.
Este segundo caso de beneficio fiscal se refiere a un diferimiento de impuestos, ya que éstos se pagarán aun cuando sea el momento de la jubilación.
Sin embargo, la tasa de impuesto que se pagará en ningún caso será mayor a la que se hubiera aplicado al momento de realizar el depósito.
Estos fondos pueden retirarse a los cinco años de su depósito con las condiciones arriba mencionadas. Este caso es equivalente al mencionado en la sección de pensiones privadas, en el cual existe un financiamiento del Gobierno Federal para el pago de impuestos.
Indemnización legal del trabajador
En muchas ocasiones, las empresas en México aportan ciertas contribuciones a fondos como mecanismo para pagar la indemnización legal que establece la Ley Federal del Trabajo. Dado que en México sólo alrededor de 8 por ciento del total de los trabajadores afiliados al IMSS cuenta con un plan privado de pensiones, esta opción de recursos para el retiro es sumamente importante.
En nuestro país, el hecho de llegar a la edad de 65 años no implica que las personas necesariamente se tengan que jubilar; y, para que estos empleados ya no laboren en la empresa, normalmente se ofrece una indemnización.
La Ley Federal del Trabajo establece la obligación de cubrir una prima de antigüedad a todos los trabajadores que se retiren involuntariamente y a los que lo hagan voluntariamente después de 15 años de servicio. Impone al patrón la obligación de indemnizar a los trabajadores que éste separe sin causa justificada con un pago igual a tres meses de salario, más 20 días de salario por cada año de servicios prestados, además de la prima de antigüedad que les corresponda; pero es altamente improbable que un trabajador que alcance la edad de retiro renuncie espontáneamente a la empresa sin recibir una liquidación por retiro o una pensión de jubilación de la empresa, complementaria de la del IMSS.
Es importante considerar que aquella persona que se encuentra próxima a la jubilación no puede ser despedida.
El arte de la planeación financiera para el retiro nunca está de más para optimizar todos los aspectos de su jubilación.