ASESORAR A LOS CLIENTES Y NO GESTIONAR SINIESTROS, LABOR ESENCIAL DEL AGENTE

A pesar de que la labor del agente de seguros ha evolucionado notoriamente en los últimos tiempos como consecuencia de los nuevos patrones de consumo, sería un error que este canal de distribución incursionara  en la gestión de siniestros, ya que su única función estriba en identificar y analizar a profundidad el apetito de riesgo, de manera que ofrezca las pólizas que mejor se ajusten a las necesidades de los clientes.

Así lo expresó en entrevista exclusiva con El Asegurador  Aldo Ocampo Castañares, director general del  Bufete Ocampo, S. C., quien además indicó que cuerpos normativos  como el Reglamento de Agentes de Seguros y Fianzas, la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas (LISF) y la Circular Única de Seguros y Fianzas (CUSF) prescriben  que el agente no está facultado para intervenir en lo relacionado con la reclamación y atención de siniestros.

Ocampo Castañares  puntualizó que un agente de seguros puede sufrir severas consecuencias legales si llegara  a colaborar indebidamente en la reclamación de un siniestro. Aseveró que, en ese caso, los agentes deben hacerse responsables ante la aseguradora o ante el asegurado por sugerir utilizar documentación incorrecta, errónea o falsa.

“Supongamos que la aseguradora no quiere cubrir un siniestro porque el agente tomó iniciativas para efectos de evitar una negativa de pago. Ahí  esa gestión lo llevaría a pagar con su propio patrimonio dicho siniestro. De igual manera, cuando partimos de una omisión o error por parte del agente, esta situación lo obligará a responder por los daños y perjuicios que haya causado a la aseguradora o al asegurado”, explicó el abogado especialista en seguros.

Los tienen en la mira

Durante la conversación con El Asegurador, el experto en Responsabilidad Civil  y litigios del ámbito del seguro apuntó que en la actualidad la labor de intermediación es  evaluada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En tal sentido, refirió que los jueces han empezado a analizar el historial de compra de los asegurados para que, en caso de que se incumpla el reglamento, se responsabilice legalmente al agente por comercializar pólizas que el consumidor no necesitaba.    

“El agente de seguros en México, por una cuestión de captar y retener mercado, se dedica a ayudar a sus clientes en la presentación de reclamaciones, y eso  no está dentro de sus actividades. Dicha postura los convierte básicamente en gestores, puesto que simplemente se dedican a integrar la documentación requerida para efectos de la indemnización del siniestro; sin embargo, el agente no está facultado para intervenir en la reclamación”, dijo con énfasis    Ocampo Castañares.

La profesionalización es el camino

El director del Bufete Ocampo, S. C., exhortó a la masa productora a laborar en el marco de la ética y la profesionalización, ya que, según indicó, la especialización es la fórmula para tener éxito en esta actividad, la cual cada día está más regulada por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF).

“Como nunca antes, los agentes están obligados  a ejercer su profesión de forma correcta y exhaustiva. Es inadmisible que comercialicen coberturas con base en información incompleta, en actitudes reticentes. Entiendo que los asegurados hoy en día los orillan a buscar y ofrecer  la cobertura más económica y eficiente del mercado; no obstante, los agentes deben considerar que su actividad está regulada por el Estado”, amplió Ocampo Castañares.

Para finalizar, Ocampo Castañares lamentó que hoy en día existan  un sinfín de prácticas que pervierten la noble labor de la intermediación. Dijo  que este tipo de faltas en el devenir diario del agente afectan a la credibilidad del seguro y a la profesionalización de esta actividad.

“Una de las funciones principales que tiene el agente de seguros radica en la atención a sus clientes. Deben realizar acciones como entregar la documentación a la aseguradora, es decir, el agente de seguros solo debe ser un mensajero entre ambas partes, y no ha de ingresar en el terreno de la gestión del siniestro, algo que  lo aleja de su esencia como asesor. En definitiva, actuar al margen de la ley simplemente provocará un desencanto en el asegurado, ya que éste no estará recibiendo lo que le prometieron”, concluyó Ocampo Castañares.

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