Aerogeneradores sin hélices, el nuevo rumbo de la energía eólica
Las energías renovables cobran mayor fuerza al ser una fuente de renovación constante, principalmente en materia de tecnología. En consecuencia, hoy somos testigos de turbinas de vientos sin aspas.
Gracias a su ubicación geográfica, México figura a nivel mundial como uno de los países cuya generación eléctrica proviene principalmente de las fuentes renovables ((eólica, solar, hidráulica, geotérmica y de biomasa), de hecho, en 2015 la inversión en este rubro alcanzó los 4,000 millones de dólares, cifra que nos acerca más a la meta de tener una capacidad instalada en 2028 de 19,761 MW, donde la eólica e hidráulica prometen tener la mayor participación: 59% y 21% respectivamente.
Lo anterior no es tan absurdo si consideramos que los distintos parques eólicos, (distribuidos en seis estados de la República Mexicana: Oaxaca, Baja California, Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas y Chiapas) generan gran energía para todo el país.
En sí, el proceso se reduce a la energía cinética del aire en movimiento que en consecuencia proporciona energía mecánica a un rotor (hélice o pala); posteriormente el sistema de transmisión mecánico hace girar dicho rotor convirtiéndola en energía eléctrica. Este sencillo accionar, en el cual no se involucra algún proceso de combustión, hace que este tipo de fuente verde tenga un bajo poder contaminante por lo que la atmósfera, el suelo, el agua, flora y fauna se vean beneficiados.
Por otra parte, la cantidad de energía producida por estos aerogeneradores alcanzan cifras sorprendentes que igualan a la que se podría generar con 1,000 kg de petróleo, de ahí que cada vez más, empresas apuesten por este tipo de energía al inaugurar más parques eólicos: grupos de molinos que transfieren energía a la red eléctrica. Otra de sus ventajas es su larga vida útil (25 años) y al término de ésta, su desmantelamiento no deja huella sobre el terreno.
Controversia
Desde el punto de vista de los grupos ambientalistas, los parques eólicos representan el fin de las aves migratorias, de ahí que se haya optado por trasladar algunos complejos dentro del mar, tecnología marina que prometía ser el futuro de la energía eólica, sin embargo, la compañía española Duotecno, recientemente lanzó al público un arquetipo de aerogeneradores que definitivamente revolucionó las turbinas de vientos.
Prototipo Vortex Bladless
El diseño de estos aparatos eólicos pudiéramos ejemplificarlo de tres maneras: un cigarrillo alargado, un bate de béisbol o un cono invertido y alargado, que estéticamente y funcionalmente podrían sustituir los gigantes molinos de tres aspas.
De acuerdo con su creador David Yáñez, este tipo de turbinas “aprovechan la oscilación generada por los vórtices y generan electricidad mediante un juego de imanes que hacen innecesarios los engranajes movidos por las aspas”.
En otras palabras, un vortex es un cilindro cónico vertical o cono invertido, rígido y ligero, de fibra de vidrio anclado al terreno mediante una varilla elástica que tiene dos anillos concéntricos con bobinas e imanes. Cuando el viento mueve el cono, los imanes se acercan y repelen, lo que pone en marcha el alternador lineal.
Vortex hace uso de la vorticidad, un efecto aerodinámico que produce un patrón de vórtices giratorios que al final convierten la brisa del viento en energía cinética que puede ser utilizada como electricidad.
Asimismo, el no requerir de engranajes o partes mecánicas aventaja a los aerogeneradores convencionales por el costo, su producción y mantenimiento, además de que esta nueva tecnología no emite ruido al oscilar a una frecuencia inferior a los 20 Hz; su único punto criticable es la capacidad de generación de un 30% menos que los sistemas tradicionales, sin embargo se puede compensar con el hecho de que puedes colocar el doble de turbinas Vortex en el mismo espacio que cabe una turbina de hélice.