TECNOLOGÍA, ¿CÓMO IMPACTA EN EL SEGURO DE AUTOS?
Hoy en día se está desarrollando la mejor tecnología para vehículos automotores. Estos avances permitirán que el conductor tenga una experiencia de viaje más grata y al mismo tiempo cuente con mayor seguridad mientras maneja. Es por esto por lo que, aprovechando las nuevas herramientas digitales, las compañías de seguros pueden acercarse más al consumidor y presentar productos que se ajusten a las necesidades de cada conductor.
Una de las herramientas imprescindibles para estas instituciones de seguros es la telemática, que en los últimos años se ha puesto en boga. Con el término telemática, la industria se refiere a la instalación de dispositivos que ayudan a que las aseguradoras establezcan el precio de la prima de acuerdo con las características de la conducción del cliente, lo que promueve mayores ofertas y coberturas que se adecuan a cada tipo de usuario. La telemática se puede ver en las aplicaciones que varias compañías han lanzado.
De acuerdo con el programa de Implementación de Telemática en México, de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), uno de los beneficios de instalar estos dispositivos es obtener una base de datos que complemente los esquemas de tarifas del seguro, ya que vehículos con idénticas características suelen tener un kilometraje distinto, dependiendo del conductor o del uso que se haga de la unidad, y aun así se les puede cobrar lo mismo. Al utilizar la telemetría, las compañías podrán diferenciar el costo de acuerdo con cada tipo de usuario y según el consumo que se haga del coche.
Telemática y disminución de accidentes
Otro punto a favor de esta tecnología es el mejoramiento de la seguridad vial, pues al poder conocer los hábitos de conducción de los usuarios se mejorarán las prácticas de manejo. Y es que recordemos que uno de los objetivos del sector asegurador es proteger a las personas y mejorar la cultura de prevención.
Con el uso ya cotidiano y masivamente extendido de esta tecnología, las compañías incentivarán asimismo a los usuarios con promociones en el precio de la póliza para los buenos conductores; y, una vez que los asegurados renueven, podrán tener descuentos y otros beneficios si registraron buenos hábitos de manejo. De igual modo, algunas compañías podrán abaratar la póliza si estas unidades registraron menos emisiones de gases contaminantes y ayudaron al planeta. Este beneficio, por lo general, está ligado al kilometraje utilizado al año.
Y, finalmente, gracias a estas apps y distintas herramientas de telemetría, se envían notificaciones a los conductores, por ejemplo sobre si excedieron el límite de velocidad. Los usuarios podrán compartir información sobre su tipo de conducción en redes sociales y crear una competencia sana entre su comunidad.
El internet de las cosas y la inteligencia artificial cambiarán el rumbo de los seguros.
Desde su fabricación, los autos ya están conectados. Y lo mismo pasa con cualquier otro aparato (desde equipos electrodomésticos hasta edificios, y un gran etcétera). Esto tiene ventajas porque, al igual que con la telemetría, se puede obtener mayor información con miras a crear productos para cada necesidad. Cuando los autos están conectados con este tipo de tecnología, la compañía aseguradora obtendrá información como la siguiente:
- kilometraje recorrido
- hábitos de conducción
- trayectos
- horarios de uso del coche.
Con esta información, la aseguradora determina el riesgo para asegurar al usuario y con ello ofrece un precio justo para cada persona, por lo que el asegurado pagaría “sólo por lo que conduce”, frase que muchas compañías han utilizado, pues es un concepto global conocido como Pay as You Drive.
Características de Pay as You Drive y ventajas para el usuario
Además de estar pagando lo justo en cuanto a su conducción, el automovilista también obtendría asistencia de la compañía en cualquier momento, incluso sin necesidad de hablar con la aseguradora: el dispositivo monitorea cualquier siniestro y, dependiendo del accidente, envía una grúa, a un ajustador o una ambulancia.
Esto es de gran valor para los conductores jóvenes, ya que brinda mayor seguridad para las familias. También ayuda a estos conductores a realizar un manejo más prudente y reducir el precio de su póliza. Cabe mencionar que el precio del seguro para menores de 29 años es mucho más alto porque los jóvenes que se hallan en este rango de edad encabezan las cifras de accidentes viales.
La inteligencia artificial, opción para mejorar los procesos
La inteligencia artificial (IA) desarrolla sistemas para que un programa responda de una manera automática e inteligente, como podría hacerlo un ser humano; pero la ventaja es que la IA logra medir riesgos, visualizar escenarios y, lo más importante, junto con la telemetría y el internet de las cosas se espera que mejore las gestiones de pago de indemnizaciones.
Las quejas más frecuentes en los seguros de Auto ocurren en el pago de la indemnización, porque a veces la compensación tarda días en bonificarse y los trámites pueden ser engorrosos para los usuarios. La IA podría mejorar el tiempo de reclamación y sus procesos; e incluso el asegurado podría recibir su indemnización en tiempo real. Esto lograría que el consumidor se sintiera más satisfecho con la compañía.
Se espera que con este tipo de tecnología las empresas ajusten las tarifas creando ofertas mucho más accesibles para los interesados en asegurar su auto. Por ejemplo, la telemática ayudaría a que el usuario prevenga el costo de la renovación de su póliza, pues se le estaría comunicando mucha información sobre el uso y administración de su auto.
Es de señalar que estas herramientas cuentan con algunas desventajas, y es que los usuarios aún se sienten desconfiados, pues, primero, su coche sería manipulado para instalarle el dispositivo; y, segundo, sobrevendrá la preocupación de sentirse observados o de que su información sea vendida.
Sin embargo, los atributos de estas herramientas tecnológicas son mayores, y en un futuro muy cercano tanto las compañías como los usuarios encontrarán grandes utilidades. Los conductores sentirán la seguridad de que están invirtiendo al adquirir un seguro de auto, pues éste estará pensado exclusivamente para ellos.
¿Cómo deberán asegurarse los vehículos autónomos?
La llegada de los coches autónomos de uso particular ha generado diversas preguntas sobre los cambios que deberán implantar las compañías de seguros para adaptarse a su funcionamiento y operación y también sobre las implicaciones que conllevará asegurarlos, pues, a diferencia de otros vehículos totalmente automatizados utilizados en los sectores marítimo y aeronáutico que no llevan pasajeros, los autos operados por inteligencia artificial se caracterizan por llevar tripulación a bordo.
Entre los principales retos de las aseguradoras se encuentra establecer en quién recaerá la responsabilidad de un accidente vial: ¿en la compañía que fabricó el auto y su sistema automatizado o en el propietario del vehículo? El dilema se plantea de esa forma porque sabemos que cuanto más autónomo sea un automóvil, más riesgos de responsabilidad tomarán las empresas que fabrican los coches robóticos.
Ante este panorama, a las aseguradoras de autos se les presenta la problemática de adaptarse al inevitable cambio tecnológico de la forma más rápida posible, pues los avances se generan mucho antes que las innovaciones de estas instituciones. Por ello, su tarea central en este parteaguas de la industria automotriz será crear nuevos seguros y coberturas especialmente pensados para los vehículos autónomos, sobre todo para los autos que serán ciento por ciento automatizados (nivel 5 de autonomía).
Se espera que en cinco o 10 años estos autos inteligentes se usen de forma rutinaria en Europa, Estados Unidos y China debido a su innovación y a los beneficios que implican, como, por ejemplo, una reducción considerable de los accidentes de tránsito. Lo anterior constituye una realidad indubitable basada en los datos de las empresas de tecnología que incursionan en la fabricación y perfeccionamiento de estos autos, como Tesla Motors, BMW, Honda, Google Autos, entre otras.
Si bien aún existen muy pocos vehículos absolutamente automatizados, es un hecho que en el futuro cercano todos lo serán, y esta incomparable innovación tecnológica obligará a las aseguradoras a crear nuevas pólizas y coberturas especiales para los automotores autónomos, porque estos vehículos son la disrupción de la industria automotriz que cambiará la forma de conducir y los tipos de riesgos que asumirán las personas, los fabricantes de coches y de software y, en especial, las compañías de seguros.
Con base en las escasas estadísticas y datos que se han recopilado de los primeros vehículos autónomos, todo parece indicar que las pólizas híbridas serán las que convendrán a los vehículos semiautónomos, o sea aquellos que pueden alternar el modo de conducción normal y el operado por software, en los que se aplicará en un accidente vial una cobertura de auto convencional cuando tenga el volante a su cargo una persona, y una cobertura de responsabilidad de los fabricantes del automotor cuando el auto se conduzca en el modo automatizado. En este último caso, los encargados de construirlos y crear el software tendrán que asumir una parte o la totalidad del costo del accidente vial.
Sin embargo, la premisa de que los fabricantes de los autos ciento por ciento autónomos tendrían que asumir el costo total de un accidente vial es aún causa de muchos debates y constituye una limitante para que las aseguradoras creen productos adecuados para estos vehículos, principalmente porque existe una regulación todavía incipiente respecto al tema, y hacen falta bases claras, éticas e imparciales a partir de las cuales las aseguradoras puedan tener criterios firmes para calcular la responsabilidad de cada agente involucrado en un siniestro.
Hasta el momento, sólo algunos gobiernos, por ejemplo el de Reino Unido, se han dado a la tarea de crear un marco jurídico para estos coches. Ya existe la Ley de Vehículos Automatizados y Eléctricos, la cual da claridad a las aseguradoras para crear sus pólizas y permite también establecer mejor la responsabilidad en que incurren los vehículos sin conductor en un accidente de tráfico. En cambio, en otros países donde ya se conducen los autos autónomos, como en Estados Unidos, la situación es más incierta tanto para las aseguradoras como para los usuarios.
En cuanto al cálculo de la prima del seguro y la depuración de responsabilidades, la nueva tecnología permitirá que se hagan pólizas mucho más personalizadas y adecuadas, así como un deslinde de responsabilidades más preciso, porque permitirá mayor comprensión de lo que sucedió en un siniestro. En este sentido, se puede estimar no sólo cómo se deberán asegurar los autos autónomos, sino también cómo operarán sus coberturas; es decir, el manejo de las reclamaciones de seguros de Auto será más fácil y rápido porque las compañías de seguros podrán acceder a información relevante del vehículo para establecer con muy poca duda los hechos de un accidente.
Por otro lado, la prospectiva de las pólizas de estos vehículos apunta a que existirán planes de seguros o tipos de coberturas según el nivel de autonomía que tengan los carros (los niveles de automatización van del 0 al 5). No será igual el riesgo que asuma un auto que tenga un modo de conducción normal, o con un nivel de autonomía 1, 2, 3 o 4, que el que asuma uno totalmente autónomo, esto es, el de nivel 5. En este último caso, probablemente el mayor porcentaje de responsabilidad recaerá en el fabricante, ya que el factor humano, aquí ausente, es el que siempre se ha registrado como causante principal de accidentes de tránsito: al menos 90 por ciento de los siniestros son provocados por errores humanos o desobediencia de las normas, según las cifras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Instituto Mexicano del Transporte (IMT).
Los autos autónomos deberán asegurarse asimismo con coberturas enfocadas en aspectos más tecnológicos, que tomen en cuenta el software de fabricación, los sistemas mecatrónicos, los tipos de fallas que presentan estos vehículos, las piezas que más se roban o que más se descomponen y los accidentes más comunes ocasionados por el sistema robotizado.
Y aquí surge algo muy ventajoso: se piensa que la cobertura de Robo podría ser poco importante para los autos del futuro, puesto que se espera que las unidades cuenten con sistemas inteligentes de reconocimiento facial, de huellas digitales y tecnología de rastreo y bloqueo del automotor.
Asegurar un vehículo operado por sistemas cibernéticos también deberá ser más económico, pues su tecnología de punta permitirá que estos coches sean mejores que los humanos en detectar riesgos, es decir, serán más eficaces que nuestros cinco sentidos a la hora de percibir problemas o situaciones inesperadas al conducir; y, por lo tanto, se espera que sean más seguros y que la prima del seguro se reduzca considerablemente, pues se eliminaría por completo el factor del error humano y se generarían traslados con menos riesgos.
Cabe destacar que, aunque las aseguradoras en un principio ofrecerán primas más caras para los autos autónomos (debido al costo del reemplazo de tecnología dañada, como los sensores; o a la escasez de datos disponibles, pues las aseguradoras no cuentan con la información suficiente para evaluar los riesgos al ser estos vehículos una tecnología novedosa) a medida que se generalice su fabricación las primas disminuirán.
A pesar de que es muy probable que los vehículos autónomos reduzcan 90 por ciento los accidentes viales, la desconfianza de buena parte de la población hacia los autos manejados por sistemas de inteligencia artificial persiste. Por ejemplo, en países como Estados Unidos, y de acuerdo con un estudio publicado en 2015 por Harris Poll, uno de cada tres estadounidenses jamás consideraría comprar un auto automatizado, y ello quizá se debe a la difusión de noticias desafortunadas, como la muerte de su compatriota Joshua D. Brown a bordo de un Tesla Model S con nivel de autonomía 2. Estas tragedias en realidad son muy poco frecuentes.
Por esta razón, una tarea pendiente de las compañías de seguros es fomentar la adquisición de estos vehículos mediante la creación de pólizas con incentivos y valores agregados, como las premium especiales para autos autónomos.
Sin duda, el establecimiento de responsabilidades en una póliza de auto autónomo implica acciones de las aseguradoras que van más allá del cálculo y especulación sobre el riesgo que realizan sus actuarios. Una de esas acciones podría ser trabajar en conjunto con sectores clave de la sociedad a fin de establecer un marco legal adecuado para el deslinde de responsabilidades y en favor del bien común. Los políticos son un sector clave. También está en manos de estas empresas ser un sistema de presión que haga avanzar políticas para vehículos autónomos, puesto que la tecnología se desarrolla siempre más rápido que los reglamentos.
Sin embargo, aunque exista una reducción de accidentes viales, esto no significará un panorama de crisis para las compañías aseguradoras de autos, puesto que los accidentes viales no es lo único que se asegura, sino también otros aspectos que surgirán con la nueva tecnología; es decir, los vehículos siempre necesitarán asegurarse. Lo que sucederá es que, al sacar al conductor de la ecuación, las aseguradoras cambiarán su tradicional enfoque centrado en accidentes por las nuevas clases de riesgos que conllevan los vehículos autónomos, los cuales implicarán un cambio en la constitución de sus productos y servicios.
¿Y quién regula los autos autónomos?
Parece ser que la inteligencia artificial es un hecho en los vehículos. La premisa es que los coches autónomos mejorarán la movilidad en las urbes al ser sistemas preparados para evitar un accidente vial, ya que se supone que el software que los controla es menos errático que una persona al volante. Las legislaciones en países donde los carros autónomos son una realidad aún son incipientes, pero por ejemplo California, sede del nido de la revolución tecnológica de Silicon Valley, ha creado algunas normas básicas para estos vehículos. De ahí podemos rescatar que será necesario tener siempre un sujeto capacitado que pueda retomar el control del auto en cualquier caso para evitar que los fallos técnicos tengan consecuencias fatales.
No obstante, quedan todavía algunos puntos que afinar, pues se han dado casos en los que los prototipos de vehículos sin conductor han provocado siniestros viales que han derivado en la muerte de personas, tal como lo ocurrido en Arizona en 2018.
Teniendo como antecedente todo lo dicho, se han descubierto los problemas a los que se deberán enfrentar los aseguradores, como ¿quién es el sujeto de riesgo: la compañía que fabricó el auto o la empresa que desarrolló el software que lo controla? ¿O acaso la persona que lo compró? También se tendrán que considerar los detalles técnicos que podrían incrementar los costos de asegurar un vehículo de este tipo, ya que el precio de la póliza podría representar en sí mismo el valor de un vehículo de lujo.
En los aspectos técnicos, se deberá considerar que la información de geolocalización global resulta ser un universo de datos, literalmente. Esto puede ser un dilema para los sistemas cibernéticos, que tendrán que tomar en cuenta, almacenar y jerarquizar todas las posibilidades, casi infinitas, de caminos que pueden recorrer, ya que un coche autónomo que no está familiarizado con el camino puede actuar de manera errática, lo que aumenta las probabilidades de un accidente.
Entonces ¿qué tanta información deberá almacenar un vehículo autónomo? ¿Con qué frecuencia deberá actualizar los datos de georreferenciación? ¿Cuál deberá ser la velocidad de las redes de telecomunicación a las que se encuentre conectado un auto robot para que pueda responder a las inclemencias de la situación?
Es probable que, antes de que todas las personas puedan acceder a un auto de este tipo, los fabricantes se vean obligados a perfeccionar los posibles fallos informáticos que tales máquinas puedan presentar. Dado que lo que se desea es disminuir la tasa de siniestros viales, entonces se deberá garantizar que los coches con inteligencia artificial sean realmente capaces de responder ante una situación apremiante. Y, una vez resuelto el aspecto técnico, las compañías de seguros deberán crear productos que respondan a las necesidades de los propietarios de estos carros y establecer cláusulas de Responsabilidad Civil que recaigan de manera tripartita y puedan responder ante los daños a terceros.
¿Qué efectos tendrá esta nueva coyuntura vial en el contrato de seguros?
¿Autos que se manejan solos y dispositivos digitales que guardan hábitos de conducción para prevenir siniestros? Parece ser que la tecnología invade cada vez más los ámbitos de la vida cotidiana, y en el sector de los seguros esto no es la excepción. Conforme los avances de las nuevas ciencias, como la informática y la telemática, se apropian de los espacios de la vida, los proveedores de servicios y productos de aseguramiento también se van adaptando a la nueva realidad tecnocientífica.
Por ejemplo, la conectividad digital de los vehículos a través de teléfonos móviles o dispositivos de software permite generar nuevas dinámicas con las aseguradoras, que balancean la conexión wireless (o inalámbrica) y la seguridad vial, pues esta tecnología automotriz ayuda a reducir el riesgo y prevenir accidentes por medio de la información de los hábitos de conducción que registra, y de esta manera se puede anticipar el peligro.
Es cierto que la tecnología ha podido armonizar la movilidad y la conectividad con la prevención vial, pues hay una tendencia en virtud de la cual cada vez más vehículos se encuentran conectados a internet todo el tiempo, ya sea con dispositivos instalados de fábrica, por medio de aplicaciones de entretenimiento o de geolocalización GPS, e incluso de aseguramiento.
Sin embargo, aún falta mucho por desarrollar dentro del sector asegurador, ya que los seguros se tendrán que adaptar a esta personalización a través de la conectividad, que es una aliada poderosa para ayudar a los clientes a mejorar sus hábitos de manejo, lo cual les permitirá reducir el riesgo de sufrir un accidente; como consecuencia, disminuirá la siniestralidad. De igual manera, estas herramientas de telecomunicación también resultan ser útiles para disminuir la tasa de robo de vehículos.
Al personalizar los productos a través de las rutinas de conducción, también se ayuda a las compañías a establecer tarifas de seguros más dinámicas y accesibles, tanto para la empresa como para el usuario, lo cual puede propiciar que más personas se aseguren.
Esto resulta beneficioso para el sector, pues México es una de las naciones con mayor potencial de crecimiento económico. Este desarrollo, en gran medida, va ligado a la penetración de las herramientas digitales y de los dispositivos conectados a internet, que permite mayor conocimiento y usabilidad de los productos.
No obstante, con mayor conectividad las empresas también se enfrentan al tema de protección de datos, pues a los ciudadanos nos les gusta sentirse vigilados ni pensar que alguien más tiene acceso en todo momento a sus movimientos. Ante ello, resulta interesante considerar que la participación de la telemática automotriz deberá ajustarse al marco legal mexicano y sentar las bases para superar las barreras de privacidad, intento que en otros países ha fracasado.
Implicaciones de la tecnología en la Ley de Protección de Datos
El derecho a la privacidad en internet es un tema central para muchos internautas, tanto más si se trata de compartir todos sus movimientos y datos personales. Ante ello, la propuesta de usar la telemática como herramienta de prevención y aseguramiento puede dejar al descubierto muchos de estos temores, pues supone que los conductores deberán compartir sus datos y que las compañías de seguros podrán utilizarlos para determinar el precio y alcance del seguro.
En esta época se espera que la tecnología haga más fácil la vida de las personas, pero este uso de las herramientas digitales también implica una regulación que posiblemente no esté del todo madura. En el sector de los seguros, las herramientas y métodos digitales han comenzado a filtrarse para poder adaptarse a las necesidades de los consumidores; sin embargo, todavía no han quedado dispuestas las reglas de operación de estos nuevos canales.
En algunos casos, por ejemplo, la telemática es un arma de doble filo, ya que, si se es un conductor sensato, se pueden obtener beneficios por baja siniestralidad. No obstante, el asunto tiene una cara menos amable: puede implicar que muchos asegurados se muestren renuentes a compartir su información de manejo, y ello daría por resultado que su póliza aumentara hasta 30 por ciento su precio, lo cual puede generar desconfianza en las personas para compartir sus datos.
Ante ello, es importante considerar que la protección y manejo de datos en México debe ser el tema central de estas nuevas tecnologías, pues la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares tiene por objeto regular el tratamiento legítimo, controlado e informado de la información personal para garantizar la privacidad y autodeterminación informativa de los ciudadanos. Es decir, que la legislación deberá beneficiar siempre a los usuarios y su capacidad de elegir conforme tengan la información necesaria.
Ante ello, es claro que las nuevas tecnologías proveen información valiosa al sector de los seguros, puesto que éste depende del conocimiento de los rasgos de cada persona, como estilo de vida, edad, perfil socioeconómico, nivel de siniestralidad, tipo de vehículo, etcétera, que ayude a determinar el precio y valor de la póliza de auto; pero deberá quedar sentado un código de ética para las aseguradoras conforme al cual esa información les permita únicamente ofrecer productos de acuerdo con las características del automovilista, y no malversar la información para alterar el precio de éstos.
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