Pemex podría decir adiós a sus operaciones en tierra
El director de Pemex Exploración y Producción (PEP), Juan Javier Hinojosa Puebla, ha dado un paso adelante al aprobar convenios de ampliación de plazo para varios contratos, pero solamente los que se ejecutan en la región marina de la empresa subsidiaria de la petrolera nacional, situación a la que le hemos dado seguimiento en este espacio.
Son buenas noticias a medias, pues los beneficiados de esta decisión son las gigantes transnacionales que operan los contratos millonarios en el mar, los cuales han sido ampliados durante seis meses más de 2018, y en algunos de ellos inclusive por todo el año venidero. Es de entenderse que, si la mayor parte de la producción de crudo viene de los pozos marinos, se les dé prioridad a estos contratos, lo que es injustificable es tener congelados los trámites para ampliar todos los demás contratos.
El director de PEP debe recordar que los pozos terrestres aportan más de 20 por ciento de la producción nacional de hidrocarburos, equivalente a un estimado de 350 mil barriles diarios. Y aquí es donde entran en juego las empresas mexicanas, cuyos contratos en su mayoría se ejecutan en pozos terrestres de la región norte y sur.
Los días pasan, y si a la falta de decisión de Hinojosa Puebla le sumamos lo burocrático que resulta la gestión y trámite de convenios, el panorama no se ve nada favorable para la mano de obra nacional, que comenzaría 2018 con una crisis laboral y desempleo inminente, y que mantiene esa producción terrestre.
Una manchita que no se vería nada bien en la ‘victoriosa’ reforma petrolera, y sobre todo, en medio del ‘sexenio del empleo’.
Hemos señalado en este espacio un interés poco usual por Schulumberger y Halliburton, a quienes en algunos casos se les están gestionando convenios de ampliación de plazo a contratos ‘espejo’, como lo son aquellos de servicios de disparos de producción, registros geofísicos y estimulaciones, donde cada una de las firmas extranjeras cuentan con contratos idénticos que se ejecutan a la par, y ambos serán ampliados por lo menos seis meses más.
Cabe mencionar que son 17 contratos los que actualmente tienen cada una de las empresas extranjeras mencionadas, y todo parece indicar que a todos ellos se les dará continuidad, y hasta en algunos casos hasta monto adicional.
Y mientras, otros contratos de servicios sustantivos están en la cuerda floja, cuyo monto está prácticamente agotado, o por el contrario, que no han sido devengados ni en su monto mínimo por no ser actividades requeridas por las áreas operativas, se encuentran primeros en la fila en el escritorio de Hinojosa Puebla, buscando justificante para darles continuidad.
Para muestra están los contratos de servicios de perforación y terminación de pozos, siete paquetes contractuales repartidos entre Schlumberger, Weatherford, Cosafi, Finley y Perfolat, firmados desde inicios de 2014, que un año después de que debieron terminar, continúan vigentes y con más de 50 por ciento de su monto no ejercido. Si se suma el monto por devengar de estos contratos se llega una alarmante cifra de cerca de mil 500 millones de dólares, recurso cautivo que bien podría ser utilizado en actividades que le den barriles a la empresa productiva del Estado.
EN LA ORILLA DEL PRECIPICIO
Sumex surgió como una de las jóvenes promesas de la reforma energética en materia eléctrica, su nicho de mercado era proveer de energía a municipios y comercios, prometía “ganarle la tarifa eléctrica a la CFE”. Pues bien, hoy agoniza. La empresa que fundó el joven Joaquín Leal no pudo reponerse de un supuesto desfalco de más de 70 millones de pesos que, cuentan diversas fuentes en el sector, hizo el hoy exdirector. Todo indica, dicen, que Sumen no pasará del primer trimestre del siguiente año.
Sin embargo, no te sorprendas si en el corto plazo el gobierno sale al rescate de Sumex, así como lo hizo apenas el lunes con Zuma Energía, a quien le prestará 294 millones de dólares a través de Bancomext, Nafin, Banobras y Nadbank, para que puedan construir sus parques solares en Sonora y Chihuahua que forman parte de las subastas eléctricas de largo plazo, luego de que ningún banco comercial quisiera prestarles. La reforma eléctrica no ha podido caminar sola.