Valor Agregado. Seguro de gastos médicos mayores: No hay «pastel gratis»
Los seguros de gastos médicos mayores han ganado terreno entre la población mexicana, cada vez tenemos mayor cultura sobre la necesidad de protegernos y contar con ellos; son instrumentos que nos permiten hacer frente a los altos gastos que originan las enfermedades, sobre todo las más graves. Cada día se solicitan más de estos seguros, lo que es algo positivo para la ciudadanía y su patrimonio.
Empero, el crecimiento de pólizas de seguro de gastos médicos mayores emitidas durante los últimos 20 años, también ha generado fuertes distorsiones en la industria, obligando a que las compañías aseguradoras tomen decisiones difíciles en aras de garantizar la sustentabilidad del negocio y su permanencia en el mercado.
Por el lado de los usuarios, es común escuchar quejas sobre el aumento de precios que cada año se presenta, situación que abona a que cada día se conviertan en un producto más exclusivo y elitista. Claro que también son una necesidad, pero una necesidad cada vez más difícil de satisfacer.
No obstante, en opinión de su escribidor, afirmar que los seguros de gastos médicos mayores son onerosos, no es lo más preciso para esta industria. El precio de venta de los seguros es solo una consecuencia de la realidad que vive la industria médica en México y en el mundo.
Lo más riesgoso y gravosos para una persona o familia, no es tener que pagar el costo anual de su póliza de seguro, sino enfermarse o padecer un accidente grave y no contar con un respaldo económico para pagar la atención médica necesaria. Lo caro no es contratar un seguro y tener que pagar la parte que nos toca, sino llegar a necesitarlo y no contar con él.
Los tratamientos médicos, por sencillos que sean, tienen precios exorbitantes, realmente impagables para el 90 % de la población del país. Según las estadísticas que reflejan el poder adquisitivo de los mexicanos, solo entre el 5.0 % y 10.0 % de la gente contaría con un patrimonio suficiente para hacer frente a una enfermedad grave, al menos bajo la hipótesis de que no se contara con un seguro de este tipo o con algún servicio médico integral.
Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), la inflación médica de 2016 a 2017 asciende a 16.4 %, una cifra tres veces mayor a la inflación promedio del país. Este indicador, se pondera de acuerdo a la inflación particular de distintos rubros, por ejemplo: los medicamentos que reflejan un 19.1 %; las intervenciones quirúrgicas que registran 12.2 %; los análisis clínicos que rondan el 13.0 %; o los servicios de hospitalización que crecen al 12.2 %; entre otros renglones.
Con estos números, resulta entendible que las compañías aseguradoras también incrementen sus precios entre un 10 % y un 15 % anual, hablando en grandes números. ¿Cómo podría una compañía sostener durante años el precio de las coberturas a sus clientes, si cada vez que acudimos al hospital o al laboratorio y utilizamos nuestro seguro, las cuentas crecen exponencialmente? Es ilógico, no hay manera.
Por eso le escribía lo de la sustentabilidad y permanencia en el mercado, porque para las aseguradoras no hay de otra, o nos comparten el costo a los clientes, o cierran el changarro. Y también por eso vemos que cada día elevan el nivel de acceso a las coberturas, porque es otra manera de hacer a los clientes copartícipes de los costos crecientes.
Los datos sobre la salud de los mexicanos tampoco le brindan buenos augurios a esta industria, pues ya son más de 11 millones de personas las que padecen diabetes, una de cada 10 para fines prácticos.
Algo peor ocurre con las enfermedades cardiovasculares, pues una de cada tres personas las padece; es por eso que hoy en día, un infarto sin complicaciones, cuesta al menos $800,000 pesos; ¡imagínese entonces el nivel de reservas que una aseguradora tiene que manejar para poder hacer frente a esta exposición al riesgo! Los cálculos actuariales suben como la espuma.
¿Cómo lograr entonces que las empresas aseguradoras no incrementen los precios de las coberturas médicas? La verdad es que resulta imposible, no hay un camino lógico.
De entrada, sería necesario que la salud de la población mejorara, que modificáramos nuestros hábitos alimenticios y de actividad física, que nos cuidáramos más. Pero bueno, parece que es algo utópico.
Tenemos que modificar nuestras expectativas respecto a lo que viene para las pólizas de gastos médicos: cada día serán más costosas; porque la industria médica cada día es más cara; y cada vez nos cubrirán menos padecimientos de costos bajos
Tristemente, se trata de un seguro que cada día será más inaccesible para mucha gente, sobre todo para la que vaya envejeciendo. Aunque eso sí, seguirá siendo una excelente y necesaria herramienta de protección, y no solo de la salud, sino del patrimonio familiar
Toca cambiarnos el chip sobre nuestro seguro de gastos médicos mayores, comprender que en cuestión de la industria médica, no existe el pastel gratis.