CONVOCA LA AMIS AL GOBIERNO A DISEÑAR UNA POLÍTICA PÚBLICA DE ADMINISTRACIÓN DE RIESGOS
Durante el acto inaugural de la 27 Convención de Aseguradores de México (CAM), el presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Manuel Escobedo Conover, convocó al Gobierno, representado en el recinto por el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, a diseñar y establecer una política pública en materia de administración de riesgos que facilite una mejor visión ante coyunturas difíciles y a través de la cual se puedan convertir los retos del país en oportunidades.
En lo que fue su primer mensaje oficial como presidente de la AMIS, Escobedo Conover precisó el significado de hablar de la función del Estado como gran administrador de riesgos de nuestro país, y agregó: México necesita una política pública en materia de administración de riesgos, una política estructurada sobre cuatro pilares: transversalidad, prevención, centralización administrativa y profesionalización.
Acto seguido hizo entrega a Meade Kuribreña de un Libro Electrónico, con estudios y propuestas del sector asegurador, así como el Plan Estratégico de Mercado, documento que clasificó de fundamental y que establece la contribución del sector asegurador en los siguientes puntos: fomento a la prevención, mitigación y protección efectiva de los riesgos. Detonar el bienestar y desarrollo patrimonial del país. Promover la inclusión y educación financiera. Contribuir a la formalidad de la economía y al estado de derecho y generar ahorros importantes para el sector Gobierno.
Pero más aún, Manuel Escobedo subrayó que el Plan Estratégico y la visión de país deben ir más allá de las buenas intenciones. Es decir, contar con una buena ejecución y gestión. “En la industria de seguros creemos que México debe transitar de la cultura del mañana a una cultura de cero tolerancia a las excusas”, apuntó.
El presidente de la AMIS indicó también que es necesario dejar claro que la administración pública del riesgo no se refiere exclusiva ni primordialmente al seguro de los bienes propiedad del Estado. Cuando hablamos del papel del Estado en materia de riesgos súbitos e imprevistos, hay que recordar que, en muchos sentidos, el Estado es el garante de último recurso y que, por lo tanto, debe actuar como un superadministrador de los riesgos que afectan no solo a los bienes públicos, sino también de todo aquello que afecta a la economía y a la sociedad.
La historia muestra una y otra vez que cuando las pocas entidades públicas o privadas que tienen un plan de contingencia y de recuperación, viven una catástrofe, son capaces de levantarse rápidamente y de hacerlo fortalecidos
El mundo se encuentra en una época marcada por la globalización, la revolución digital y el acceso a la información. En el libro electrónico, que lleva por título “El cliente del futuro en seguros”, se estudian estos tres fenómenos que están transformando todos los ámbitos del planeta y ante los cuales el sector asegurador no es la excepción.
En ese sentido, Escobedo Conover señaló la necesidad de incorporar de manera ordenada y efectiva los cambios que ofrecen las Insurtech, tanto en el ámbito de la distribución como en la atención de siniestros y operación de las entidades que participan en nuestra industria.
El presidente de la AMIS señaló asimismo que en México, como en el resto del mundo, la sobrerregulación es una preocupación creciente para el sector asegurador, e hizo un llamado a evitar que el exceso normativo ocasione que las inversiones disminuyan y que ello termine repercutiendo en mayores costos para el consumidor.
El logro de la visión de país requiere que tanto el sector público como el privado establezcan planes de acción y que éstos se contrasten en un diálogo constructivo y concreto, porque con la conveniente desaparición de las grandes aseguradoras estatales se diluyó la necesaria estrategia de administración de riesgos del Estado.
“México necesita una propuesta en materia de administración de riesgo al más alto nivel. Por el momento ni el país ni el Estado tienen una política en esta materia, lo que implica grandes oportunidades para todos”.
En el sector seguros nos encontramos haciendo los estudios pertinentes para confirmar una hipótesis un tanto sorprendente: creemos que asegurar al sector público en México no es particularmente rentable para las aseguradoras y resulta ineficiente para el Estado. En materia de seguros, la Ley de Obras Públicas dificulta la innovación entorpece la , administración y no garantiza la transparencia.
Hoy nos encontramos a escasos 18 meses del cambio de Gobierno. Para algunos es el final del sexenio; para nosotros, la recta final; la oportunidad de convertir una coyuntura difícil en una oportunidad, y asegurarnos de que la reforma estructural que emprendió el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto sea la base para la construcción de una nueva visión de país.
Señor secretario: Necesitamos una política pública en materia de administración de riesgos. En el sector privado creemos en la fuerza de México y sabemos que ahora más que nunca es importante redoblar esfuerzos. Reconocemos su valiosa labor como funcionario público probo y eficaz. México lo necesita, usted puede contar con el apoyo institucional del sector asegurador, México puede contar con nosotros.
El gobierno acepta invitación del sector y enlista otros pendientes
Tras la invitación de Manuel Escobedo al Gobierno para diseñar y establecer una política pública en materia de administración de riesgos, el secretario de Hacienda José Antonio Meade Kuribreña aceptó la propuesta y al tiempo enlistó otros pendientes en los que también necesitan trabajar, entre ellos acercarse de mejor manera a los clientes, así como las formas para hacerlo.
Planteó el reto de aprovechar la tecnología que ofrece Insurtech con el objetivo de entender las expectativas de los clientes y así acercarles fórmulas mucho más ágiles de contratación en materia de siniestros.
El secretario Meade agregó que tenemos que colaborar en la cadena de inversión productiva e infraestructura. El sector asegurador ha sido denominado muchas veces como el banquero silencioso; pero, por su perfil de riesgos, por su horizonte de planeación se convierte en una fuente natural de recursos para la inversión productiva y de infraestructura.