El petróleo, en alerta de turbulencia

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En los últimos dos meses, los eventos de ‘Brexit’, las elecciones presidenciales en EE.UU y los bancos centrales han mantenido distraídos a los inversionistas de los mercados financieros. Las bajas tasas de interés a nivel global han hecho que los grandes flujos de dinero busquen alguna alternativa de apreciación, y esto se ha logrado a través de los activos de mayor riesgo. No obstante, durante el mismo periodo el petróleo ha caído aproximadamente 20%, ¿No sería esto un factor considerable de preocupación para los inversionistas?

En las últimas semanas las principales empresas del sector de energía han empezado a reportar resultados de utilidades correspondientes al segundo trimestre de 2016. En promedio, las proyecciones de ingresos del sector de energía en EE.UU (medido por el índice Standard & Poors 500) han caído 24% durante el trimestre, asimismo, las proyecciones de utilidades han caída 77%.

Los recientes resultados de los grandes conglomerados como Exxon Mobil, Chevron, Schlumberger, entre otras, reflejan la dificultad para generar utilidades aún a pesar que el crudo doblara su valor a principios de año. El acceso al financiamiento sigue restringido, la inversión paralizada, y las perspectivas de crecimiento inciertas.

La gran incógnita es, si el sector de energía sigue negativamente afectado con un precio de crudo en US$50, ¿qué podríamos esperar de estos si el petróleo continúa su reciente tendencia negativa y cotiza nuevamente por debajo de los US$40?

¿Bajos precios no sostenibles?

Para los expertos en análisis de precios, el petróleo cotizando por debajo de US$40 no es sostenible. A pesar de aumentos en el volumen de producción en EE.UU, los costos de perforación han aumentado, sumado a un desbalance entre oferta y demanda. Por otro lado, para mantener los precios bajos del petróleo, es necesario que el número taladros activos en las zonas de mayor producción EE.UU (por ejemplo, Dakota del Norte y Texas), debería aumentar cada año, aspecto que no está sucediendo y que probablemente no veremos en los próximos años.

Por eso mismo, se podría suponer que la reciente caída en los precios del petróleo parece no preocuparle a los mercados por la situación anterior, pues a pesar de una caída del 20% en los precios del crudo, el índice S&P500 y varios índices accionarios siguen reflejando los niveles más altos en su historia.

Sin embargo no estaría tan seguro que una caída en los precios del petróleo por debajo de $40 el barril no es sostenible, así como hace dos años se consideraba que el precio del crudo en $60 era inaudito. Asimismo, considero que los bajos precios del petróleo sí pueden generar nuevamente un coletazo al sentimiento del inversionista, y principalmente por una preocupación proveniente de la sequía en el mercado de créditos y financiamientos para las corporaciones en EE.UU.

Los bajos precios del petróleo ponen a varias empresas, sino todo el sector de energía, en aprietos financieros, haciendo que los bancos aumenten sus márgenes de cobro para compensar el mayor riesgo crediticio, que a la final termina afectando el costo de financiamiento de todos los sectores en la economía de EE.UU.

El tiempo dirá qué sucederá con el petróleo y sus impactos sobre los mercados financieros, sin embargo no permita que el ‘mal tiempo’ no sea una razón de alerta en la turbulencia para sus inversiones.

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